viernes, 19 de febrero de 2010

no es lo tuyo, clint

Las historias sobre perdedores las cuenta genial. También nos ha demostrado que no se debe despertar a los monstruos, aunque sea por una buena causa. No le quedó mal, aunque si con un cierto gusto reaccionario, su análisis sobre como se pueden explicar a veces los comportamientos de las personas que han sufrido algún tipo de trauma. Pero es que en este caso su cuento sobre como Nelson Mandela utilizó un campeonato de rugby para intentar acabar con los rencores del apartheid, me parece poco menos que infantil. Y es que si no supiéramos que en realidad el personaje es así y que se comporta como nos cuentan, no lo creeríamos. Parece una película de disney grabada para pasar en tv una sobremesa cualquiera. Abusa de los típicos tics de estas películas, imágenes a cámara lenta en los partidos, héroe deportivo, éxitos de un equipo del que nadie esperaba nada, etc.
Se le dan mejor las historias oscuras, las que nos dan miedo porque los malos no sufren las consecuencias de sus actos, quedando impunes para continuar con ellos. Ha encontrado la forma de contarnos que a veces la sociedad permite que se cuelen los malos entre los buenos, haciendo más fáciles sus horribles actos.

En resumen, Nelson Mandela es uno de los personajes que más respeto me merece, creo que se merecía una película más acorde a la huella que ha dejado, tanto en cuanto a sus actuaciones como político como en la lección de vida que nos ha dado a todos, y creo que se podía hacer sin que quedara tan ñoña.