viernes, 28 de octubre de 2011

Nunca digas nunca jamás

Ayer leí en la prensa una de las noticias más increíbles que me he encontrado en mucho tiempo; un viejo (cómo me gusta esa palabra) de más de noventa años se fugó de la residencia en la que estaba aprovechando un descuido de sus cuidadores, a los que me imagino con una vista y agilidad increíbles, tan solo para darse un baño en el mar. Se fugó en su silla de ruedas, que dejó en una acera para acercarse andando al agua y dejarse masajear por las olas. Le ha salido perfecto, porque si llega a fracasar en el intento o no nos enteramos o nos lo cuentan como un adiós voluntario a nosotros sus vecinos.

Me gustó mucho porque no pude evitar acordarme del paseo en barco que McMurphy les regala al resto de internos en “alguien voló sobre el nido del cuco”. Eso ya no se lo quita nadie, ni el paseo en barco a los internos (y sobre todo a McMurphy) ni el baño en el mar al protagonista de la noticia.

No es cine, es otra cosa...


Me ha gustado mucho “el árbol de la vida”. Me ha gustado mucho pero puntuando de 0 a 10 tan solo le daría un 6, y ahora me explico:
Pocas veces en una película el director logra hacer poesía, y aquí Malick lo consigue, llevaba años intentando repetirlo, porque ya lo había hecho antes. Pero es que antes había algo de cine además del poema y aquí solo veo poema.
Creo firmemente en el cine como entretenimiento, aunque lo prefiero como arte, medio de expresión ó lenguaje para contar una historia, hasta el punto de que a veces el poco interés que me despierta la trama no me importa si me gusta como me la cuentan. Afirmo esto porque pienso que se puede hacer casi cualquier tipo de arte a través del cine, pero sin olvidar nunca que un mínimo de entretenimiento es indispensable en una película, que nos tienen que contar algo, interesante o no, divertido o no, brillante o no, pero algo.
En pocas ocasiones me habían explicado la infancia como aquí, la infancia y otras cosas. Las imágenes son increíbles, no se puede expresar más con menos, pero falta cine. Además hace usted trampa Terrence, porque sabemos que ciertas elecciones de actores son para vender entradas, reciten bien su poema o no, y eso no encaja demasiado bien en su concepto.