viernes, 18 de mayo de 2012

¡Que listo es George Clooney!

Si, ya se que es más famoso por otros atributos menos espirituales, pero es que a mi me parece muy listo. Acaba de protagonizar "los descendientes" y me ha encantado. Se involucra en proyectos que a primera vista no parecen encajar en su perfil como actor (y ya no digamos como personaje público) sin ningún complejo, y eso merece el mayor de los respetos. Sigue sin entusiasmarme como actor, creo que no está dotado para el drama y lo sabe, pero realiza siempre una interpretación correcta, aunque en el caso que nos ocupa el lenguaje corporal que intenta imprimir al personaje da un resultado bastante forzado.

La película dirigida por Alexander Payne, que ya ha demostrado antes que hay que seguirle la pista, es un canto a las relaciones personales tolerantes y respetuosas, comprensivas pero exigentes. Da a cada personaje lo suyo, en  lo bueno y en lo malo, el mismo protagonista a los pocos segundos de empezar ya nos ha dicho: "esta es mi hija de diez años, no me ocupaba de ella desde que tenía tres", pero también nos enseña como cada uno tenemos nuestro lugar en la vida, en este caso a través del amigo de su hija mayor. El paisaje es un personaje más y no traiciona el entorno en nigún momento, la música que suena es siempre hawaiana y las múltiples camisas que luce Clooney son todas como las que usaba Magnum P.I.

Hay que destacar la actuación de Robert Foster, que en tan solo unos segundos protagoniza una de las escenas más emotivas que he visto en años.

Que nadie espere acción ni sorpresas, casi todo es predecible, aquí lo interesante es como nos lo cuentan, como analizan los distintos estados de ánimo por los que pasamos cuando nos encontramos en una situación como la descrita, sobre todo cuando se alarga en el tiempo. Consigue que te preocupes por personajes por los que en un principio no muestras el más mínimo interés.

Cuando digo que Clooney me parece listo me refiero a que además de elegir bien los papeles, todas las películas que ha dirigido tienen un punto intelectual muy interesante, parece que su carrera será muy parecida a la del gran Clint Eastwood, en el buen sentido.

el día que vi la luz

A los amantes de la ciencia suele gustarles decir que casi nada sucede por casualidad. Yo en cambio pienso que hay casualidades ó sumas de circunstancias que hacen que sucedan las cosas. Voy a intentar explicar uno de los factores de esa suma que despertaron mi devoción por la música y el cine, y por que no decirlo, también por la irreverencia y la insurrección.


Casi han pasado ya treinta años desde que llegó al pueblo en que crecí el primer reproductor de vídeo. Como casi todo en aquella época llegó a casa de un amigo de los que venían solo los fines de semana. Si conseguíamos que nos acercaran al videoclub más cercano, cosa que no era fácil ya que estaba a ocho kilómetros, podíamos llegar a ver tres o cuatro películas en un fin de semana, supongo que el maravilloso clima que tenemos para el cine contribuía a ello. Yo era de los más jóvenes, lo que me relegaba a los últimos puestos en la jerarquía de la toma de decisiones, Aun así de vez en cuando conseguía que no se alquilaran solo películas de esa versión cutre y soez del gordo y el flaco que hacían en Italia.

Me gusta pensar que fue un gran acierto elegir “the blues brothers” (en España “granujas a todo ritmo”), ya que del grupo que la vimos salieron desde verbeneros hasta heavies, pero todos ellos fans confesos de la película y del dúo protagonista. Para mi fue mucho más importante que eso. Ya me gustaba la música y ya sabía también que el cine sería mi forma preferida de ocio (gracias “la clave”, gracias “sábado cine”), pero no me había parado nunca a pensar que existía otra música además de la que salía en la radio que hacía compañía a mi madre mientras cosía en el desván en las horas que le dejaba libre su trabajo como auxiliar en un hospital. Esta película despertó mi curiosidad por ese “más allá”. Ahora que casi toda la música está al alcance de cualquiera en la red y que hay muchas emisoras de radio en las que se divulga de todo (para bien y para mal) parece que hablo de la prehistoria, pero puedo asegurar que en aquella época el que no tuviera un hermano mayor que escuchara cosas anteriores, solo conocía lo que sonaba en ese momento, de ahí que muchas generaciones (incluida la mía) piensen que la música de su época es la mejor, haciéndose seguidores de grupos y de movimientos realmente atroces, bueno de ahí y de que suele gustarnos recordar esa etapa de nuestra vida tan llena de descubrimientos.

Todo empieza el día que Joliet sale de la cárcel en la que acaba de cumplir condena por un atraco a mano armada en el que esperaba conseguir dinero para pagar a los músicos de su banda de jazz. Le recoge en la puerta su hermano Elwood (realmente Joliet y Elwood son dos pueblos al sur del estado de Chicago) y le informa de que van a cerrar el orfanato en el que se criaron por falta de dinero. A partir de ahí empieza una odisea para conseguir ese dinero reuniendo a su antigua banda para dar algunos conciertos, y esa banda, ¡que banda! Algunos de los mejores músicos de la historia del blues y del soul comandados por el “coronel” Steve Cropper. Recuerdo una entrevista en “lo más +” a Dan Aykroid cuando se estrenó en 1998 la segunda parte de la película (creo que injustamente maltratada por la crítica, pienso que Dan solo quería homenajear la primera cinta y “atrapar” a otra generación) en la que le preguntaron como hacía para conseguir que todos esos maravillosos músicos colaboraran en ella y contestó: “no tenemos que hacer nada, tenemos al coronel”. Por cierto, que daño hizo aquel programa, fue de los primeros en el que la estrella en vez del entrevistado eran los entrevistadores, tónica general ahora.

El guión tiene mucho más trabajo del que parece en un principio, y los homenajes a la historia de la música popular son constantes, así como las referencias a la propia vida de los músicos que participan. Algunas de estas colaboraciones son realmente memorables, incluso son la primera imagen que viene a la memoria de toda una generación cuando se piensa en el artista. Algunos de los ejemplos del trabajo en el guión son:

• Joliet está en la cárcel por intentar conseguir dinero para pagar a sus músicos, mientras que en la vida real James Brown multaba a los suyos cuando se equivocaban, y en la película interpreta un reverendo!!!

• Cuando un chaval intenta robar una guitarra en la tienda que regenta Ray Charless este dispara a la pared y comenta: “Me destroza ver a un crío seguir el mal camino”, no se refiere al acto del robo, si no a cuando de niño su madre le dijo: “no quiero que seas otro negro ciego tocando la guitarra”, el chaval equivoca el instrumento.

• Al intentar reunir a la banda, todos han seguido su propio camino y casualmente a los que les va bien es a los que no están vinculados al mundo de la música, eran unos visionarios.

No puedo terminar sin dar a Dan Aykroid el valor que pienso merece. Creo que es un gran cantante y un gran showman, además de una de las personas que más sabe de música del mundo.

Resumiendo, me parece una película interesante y entretenida en cuanto a lo cinematográfico y respetuosa y exuberante en cuanto a lo musical. Una vez vista yo no sabría vivir sin ella, como envidio a quién la vea por primera vez.

Gracias y RnR Forever, y no solo RnR, claro.