martes, 30 de julio de 2013

los buenos

Es evidente, y cada vez más, que lo malo "vende" más que lo bueno, mucho más. Al principio de la divertida "love actually" el infravalorado Richard Curtis explica como no hay más que visitar la terminal de llegadas de un aeropuerto para ver que hay mucho más amor que odio ahí fuera. Así y por extensión, los malos "venden" más que los buenos, gozan de la atención de los medios de comunicación, se aprovechan del miedo que les tenemos el resto, campan a sus anchas en cuanto hay cierta ambiguedad en las normas, etc.

No pretendía hablar aquí del accidente de tren de Santiago, no es mi estilo, soy un completo profano, expreso los sentimientos con evidente dificultad y los afectados me merecen un respeto que no se si sabría expresar con dignidad. No lo pretendía pero no he podido eviarlo, ahí va la razón:

En los primeros momentos tras el accidente colocaron un micrófono delante de una señora que se había acercado al lugar de la tragedia, y digo colocaron porque eso no era una entrevista, eran reflexiones en voz alta, era asombro, consternación. La primera frase que salió de su boca fue: "dios mío, espero que esto non sea culpa de nadie". Esa frase me pareció maravillosa, solo posible de pronunciar por una persona buena. Creo que la señora transmitía que no quería más perdedores en la historia, ya había suficientes. He vuelto a ver imágenes de la misma señora, las han repetido mucho, pero esa frase ya había sido cortada y no creo que se trate de conspiraciones partidistas, simplemente no tiene interés, da más morbo hablar del peluche de uno, a dónde se dirigía el otro o del ranking de muertos por comunidad autónoma. Se habla mucho de la actuación de la gente del pueblo, tan admirable como exigible, yo creo en cambio que esta señora fue un ejemplo de lo que deben ser "los buenos", capaz de perdonar antes incluso de saber si había culpables, capaz de desear que nadie tenga que cargar con algo así.

Ahora parece que hay una persona un poco más responsable que el resto en lo sucedido, espero que la honestidad que ha mostrado desde el primer momento le ayude a llevar la carga lo mejor posible y aliente la vergüenza de los que levantan el dedo tanto para concentrar en el toda la atención como para alejarla de ellos mismos, aunque también espero que responda ante las consecuencias derivadas de lo sucedido, seguramente lo mismo que espera la señora, porque para ser bueno es imprescindible ser justo, y justo no es el que no comete injusticias, justo es el que pudiendo ser injusto, no quiere serlo, y entonces es justo y bueno.