lunes, 14 de diciembre de 2015

Me va a costar

“Dos hombres y un destino” y “El golpe”: Como en otras ocasiones los títulos no fueron acertadamente traducidos, sobre todo en el primer caso, ¿Qué destino común pueden tener dos hombres? No voy a tratar en esta ocasión ese asunto, ni siquiera voy a hacer un análisis de las películas, esta vez toca hablar de la relación entre los dos actores protagonistas.
Se conocieron con el proyecto “Butch Cassidy & The Sundance Kid”, que arrancó con Steve McQueen en el papel de Butch y Paul Newman en el de Sundance. Los egos sumados a otras razones provocaron que McQueen fuera sustituido por Robert Redford no sin algunas voces en contra que aceptaron cambiando a Newman de personaje, el resto ya es historia. Para el bueno de Paul fue una suerte, comentaba en una entrevista hace años que no es habitual que una persona conozca a su mejor amigo pasados los cuarenta años, y que había sido muy afortunado al coincidir con “ordinary Bob”. Es cierto que también comentaba que mucho cuidado con sus recuerdos de esa época, ya que se había reunido esos mismos días con sus compañeros de la 2ª guerra mundial y no habían sido capaces de ponerse de acuerdo en casi nada de lo que allí había sucedido.
Al terminar una de las lecturas de guión a las que asistían Paul, Robert, Katharine Ross, William Goldman y George Roy Hill, el director le preguntó al guionista si no se sentía feo en esa sala. Yo les admiraba no solo por eso, ya que además de guapos, eran canallas, aventureros, tenían éxito y talento, y, por encima de todo eso, hacían que pareciera que cualquiera podría ser amigo suyo, y no hablo de Butch y Sundance. No soy el único, rodando “El golpe” salieron a la calle juntos cerca de la bolsa de Chicago y se colapsó el tráfico.
Su segunda y última película juntos no defraudó las altas expectativas que había abierto el western, se trata de otra obra maestra, el final está entre mis preferidos, muy parecido al de “Los profesionales”, otra entre mis imprescindibles.
En contra de lo que piensa la mayoría, estuvieron distanciados unos años después de esa época, Redford quería que protagonizaran juntos una historia sobre una pareja de homosexuales que nunca convenció a Paul, algo en lo que Robert creía ver perjuicios, creo que nunca sabremos si lo eran. Aun así y como toda buena amistad que se precie, pasado un tiempo superaron esa diferencia y ya solo la muerte rompió el vínculo, lo que hizo que muchos estuviéramos mucho tiempo esperando un nuevo proyecto juntos. Nunca llegó, hace unos años estuvo muy cerca, Redford descubrió un guión sobre dos viejos que pasean por las montañas y ambos estaban dispuestos a protagonizarlo. Nunca olvidaré la rueda de prensa en la que Robert explicaba que debían abandonar la idea porque a Paul se le olvidaban los diálogos (me hubiera gustado poner aquí el enlace, no lo he encontrado), un Paul que estaba presente, con la piel rosada y la barba blanca, observaba como su amigo explicaba sus limitaciones con admiración, creando una situación solo posible entre dos personas que se quieren de verdad. Marlon Brando dijo una vez que todos los días se masturbaban pensando en el cincuenta millones de mujeres y algún que otro hombre; poseo y he leído varias biografías de Paul Newman, he visto varios documentales sobre su vida y su trabajo y reviso muchas de sus películas cada pocos meses, supongo que según la afirmación de Brando estoy lo más cerca que un hombre heterosexual puede estar a Paul…, y a Sully, y a Butch, y a Luke, y a Gondorff, y a Eddie
Por todo esto me va a costar mucho ver “Un paseo por el bosque”. Confío en Nick Nolte, a pesar de sus habituales excesos interpretativos, seguro que está a la altura, pero para algunos esta película no era solo un nuevo proyecto entre Paul y Robert, que ya no es poco, era la constatación de que esa amistad, tardía y atropellada, había llegado a la vejez, que es a dónde las buenas amistades deben llegar, ¡Leñe! ¡Queríamos ver a nuestros amigos en una aventura otra vez!¡Juntos!¡Y viejos! Si casi sería como salvar a Butch y a Sundance. Todavía no se si el día que me enteré de la muerte de Paul lloré más por el o por esa amistad. En "El río de la vida", y utilizando una historia de Norman Maclean, Redford creo que fue de capaz de contar que, con dos formas de ser completamente distintas, dos personas pueden ser el mejor amigo o hermano que ambos pudieran desear.

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