jueves, 5 de junio de 2014

vuelve a casa vuelve

Estoy encantado con la costumbre que se ha implantado entre los periódicos de casi regalar una película cada pocos días agrupadas bajo una colección cuyo vínculo unas veces creo más acertado que otras. Suelo acumular varias copias de las que me gustan y luego se las regalo a la gente con la que mantengo un trato más o menos diario si quiero tener un detalle con ellos o conozco la fecha de su cumpleaños, seguro que muchos no llegan ni a verlas, pero todos esbozan una sonrisa de varios segundos, ¡¡¡y por 1 € o menos!!! Hace unas semanas le tocó el turno a “¿A quién ama Gilbert Grape?”, una película de esas de las que si te cogen con la edad adecuada guardas un grato recuerdo y cierto cariño. Hay dos situaciones en el argumento que me gustan especialmente:
1. El Johnny Depp de la época le propina una soberana paliza al Leonardo Dicaprio de la época, no me importaría ver la misma situación al revés ahora.
2. Me gusta mucho como explican la excitación que despiertan en las aldeas los acontecimientos anuales que rompen la monotonía (por no decir aburrimiento). La forma en que los dos hermanos esperan el convoy de caravanas me recuerda como esperaba ciertos acontecimientos cuando era niño, algunos de ellos los he superado y no me gustan ahora, pero que bien recibidos eran entonces.

Entre las cosas que despiertan al niño que llevo dentro está la excitación previa a ciertos acontecimientos anuales que me gustan especialmente. En uno de ellos se han convertido las visitas de Dan Baird con cualquiera de sus bandas a la Sala Mardigras, siempre divertidas, siempre entregadas, siempre cómplices con un público entre el que más de la mitad somos “sospechosos habituales”. Espero algún día poder dar las gracias como se merecen a los organizadores, ya que al propio Dan ya he tenido la oportunidad de hacerlo. Durante el concierto disfruto la honestidad y la entrega de la banda, además de por supuesto el buen gusto y el saber hacer, pero también disfruto los días previos al "yo" del pasado, hasta el punto de que al mirarme al espejo me veo con el pelo largo y camiseta de Sandokan.

Este año esa visita toca el próximo lunes 9 de junio, esta vez con sus Homemade Sin y presentando nuevo disco, un nuevo disco tan maravilloso como prescindible e intrascendente, en resumen, un gran disco para todo rockero que se precie, con perdón. Como dijo aquel: "se oye comentar a las gentes del lugar, los rockeros no son buenos...".

Gracias, muchas gracias.