sábado, 1 de diciembre de 2012

Intraicionable

José Sacristán hizo una afirmación en una entrevista una vez que me hizo identificarme mucho con el porque yo había pensado algo parecido muchas veces. Aseguró que el niño que había sido era intraicionable, visto y analizado con la perspectiva de los años y la experiencia, le parecía que había sido uno con unos valores dignos de respetar y aplicar a cualquier edad. Afirmo esto porque recuerdo muchas veces que de niño me esforzaba para que todos los adultos me cayeran bien, pensaba que existía una especie de karma que hacía imposible que esto no fuera recíproco si uno no se esforzaba para que fuera así. Por esto, cuando alguno de ellos hacía o decía algo que a mi no me gustaba, pensaba: "yo nunca haré eso, como se ha podido equivocar así". Siempre he pensado que se deben juzgar hechos y no personas, pero en cambio recuerdo perfectamente todas y cada una de las veces que me encontré haciendo la reflexión que acabo de explicar.
Una vez expuesto este razonamiento vamos a subir un nivel y vamos a aplicarlo a otro escenario:

En cuanto al RnR y en lo que a mi concierne, lo que es intraicionable es el adolescente que fui. Por fecha de nacimiento, por entorno y por inquietudes a cada uno de los melómanos nos toca llegar a este mundo de una forma distinta a todos los demás. A mi me empezó a tocar a finales de los 70 y el proceso duró algo más de diez años. Todo lo que me gustaba, estremecía y emocionaba en esa época es intocable. Hay músicos que han evolucionado, unos para bien y otros para mal, mi más profundo respeto, que hagan lo que quieran, si su talento, aunque fuera perecedero así se lo permite, me parece justo, se lo han ganado.Entre todos ellos toca hablar de Dan Baird. El desde luego no ha traicionado ni al adolescente que fui ni seguramente al que el fue. Sigue rascando poco más de tres acordes (y medio, ¿verdad Warner?) con un talento increíble, dejándose el alma y varios litros de sudor en cada concierto, solo para hacer disfrutar a todos los que nos acercamos por allí para pasar una velada increíble a pocos centímetros de un auténtico genio.

¿Qué más da si se está quedando sin voz? ¿Qué más da si la guitarra del solista suena demasiado baja porque el amplificador tiene el día puñetero? ¿Qué más da si al bueno de Keith le da por llevar el bajo por los cerros de Úbeda (¿qué le das Jau...?)? El concierto, con hora final marcada, no defraudó a casi nadie, desde luego todos los que estábamos allí lo pasamos genial.

Como es la tercera vez que se acerca desde que publicó su último disco, no hablaré de los temas propios que interpretaron, fueron más ó menos los habituales y se disfrutaron como siempre. Dan es un melómano más, por lo que sigue con su política de varias versiones cada noche y terminando siempre los shows dando un sentido homenaje a alguno de sus músicos favoritos, con el repertorio propio que tiene, esto me parece una lección de humildad. Esta vez nos tocó disfrutar "Proud Mary" de Creedence Clearwater Revival, "Sweet Jane" de The Velvet Underground, "Don´t pass me by", la composición de Ringo Starr en The Beatles que ya hacían en tiempos de The Georgia Satellites y para acabar el concierto "Rockin´ in the free world" de Neil Young, tema que presentó como uno de sus favoritos de todos los tiempos.

También de los míos Dan, que llegué dieciocho años más tarde que tú a la melomanía.

Muchas gracias, otra vez.